Tu casa interior
¿Recuerdas la sensación que te deja el entrar por primera vez a la casa de una amistad o de algún conocido? La disposición de los muebles, el estilo de la decoración, la mayor o menor cantidad de objetos en un solo lugar, todo ello se conjuga para dejar en tu persona una manera de sentir: entusiasmada en ocasiones, abrumada en otras, sorprendida alguna vez.
Es como si el espacio te estuviera dando un mensaje y su lenguaje no estuviese hecho de palabras sino de emociones. Pablo Fernández Christlieb, un importante psicólogo social de la UNAM, va más lejos y asegura que los espacios tienen una forma de sentir y de pensar. Es por eso que la manera en que nos sentimos y conversamos en un café es distinta a la que experimentamos en una sala de espera o mientras vamos pasando por la calle. Es por eso también que hay actividades como el estudio o el leer, que realizamos con mayor facilidad en espacios donde hay más orden e iluminación.
Ahora te invito a que imagines que tú tienes un espacio que es muy tuyo, un espacio invisible en el que pasas buena parte de tu día y al que has permitido a algunas personas conocer con más o menos profundidad: llamémosle a este espacio Tu Casa Interior.
Por supuesto, este lugar también tiene una decoración, una orientación, incluso hasta muebles, y ¿sabes algo? El orden que has ido dándole a través de tu vida también influye en tu manera de pensar y tu manera de sentir. Este lugar está hecho de frases, palabras e imágenes. Puedes tomar un poco de tu tiempo para preguntarte ¿Esta casa interior es para mí un hogar, una residencia fría e impersonal o tal vez una pequeña prisión?
Muchas personas descubren una sensación de renovación y de motivación al cambiar la disposición de su mobiliario o el tipo de adornos. ¿Qué nuevo diseño te gustaría darle a esa Casa Interior tuya que te haga sentir más cómoda, más a tu gusto? Puedes comenzar por identificar aquellas frases o palabras tal vez un poco desgastadas por el uso, particularmente aquellas que te hacen sentir y pensar de Ti misma de una manera poco compasiva.
¡Así que tomemos fuerza para revestir nuestra Casa Interior de tal manera que el sentir y pensar que en nosotros provoque sea un acto continuo de amor hacia nosotros y hacia quienes nos rodean!